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Tradicional carrera de caballos.

Fiesta del Agua o Culto a la Vida

Publicado: 2011-10-12

En el marco de la celebración de las fiestas religiosas de la comunidad campesina de San Pedro de Casta, provincia de Huarochirí, región Lima; la fiesta del Agua o Champería es la fiesta principal del pueblo. Porque justamente se celebra el comienzo del año nuevo. Año nuevo que “coincide” con los primeros aguaceros de la temporada de lluvias (suave-de octubre a noviembre y fuertes lluvias – de diciembre a marzo) que fertiliza la tierra y da vida a sus pobladores.

El día miércoles 5 de octubre, como es costumbre en el pueblo, a las  3.30pm, se dio inicio a la tradicional carrera de caballos. Teniendo este año la participación en competencia de 82 jinetes. En esta carrera, las 4 paradas o barrios (representados por colores) compiten por obtener el primer lugar. La partida es por serie participando en cada serie de 4 a 6 caballos. El trayecto de la carrera es de 3 Km aproximadamente y recorren desde la pampa de Lako hasta la plaza central del pueblo. Terminada la carrera; se premia a los ganadores, se celebra el triunfo y esa noche todos se van a descansar muy temprano.

El ganador en la recta final de la carrera

El  jueves 6 de octubre es el día central de la fiesta del agua; los comuneros (as) del pueblo se alistan para realizar la “faena – festiva” de la limpia-acequia. Todos deben de llevar sus lampas y portar en el cuello el tradicional Wallqui (bolsa tejida con hilos de colores), donde se guardan las hojas sagradas de Kokamama; además deben de tener un pequeño mate de calabaza o calero llamado “Ishkupuru” y cigarros). Si algún comunero(a) olvidara uno de estos objetos; el Michico o mayordomo de la fiesta le pide al infractor pasar adelante y arrodillarse ante una cruz y sin queja recibir un latigazo de castigo. Luego de varias “rondas” de coca, trago y cigarro, el Michico manda a su parada (comuneros) limpiar el reservorio heredado de sus antepasados. Pasado el medio día la comunidad campesina de San Pedro de Casta tuvo en la laguna de Hualhual la honorable presencia y participación de la alcaldesa de Lima, la señora Susana Villarán que juntamente con la muy querida y respetada Rosita Vásquez, alcaldesa provincial de Huarochirí – Matucana; entonaron al son de la Walina de Hualhualcocha, el canto de alegría y respeto que le ofrecen los pobladores a las fuerzas  elementales de nuestra querida Pachamama.

Agüita sagrada, alegria del pueblo.

A las 3pm, todos los comuneros(as) de las cuatro paradas y los visitantes, tomamos asiento en nuestros respectivos lugares de la sagrada Pampacocha  y degustamos de las deliciosas viandas que prepararon las ancianas y mujeres viudas del pueblo. La “comelona” es un ritual de agradecimiento por el trabajo realizado en honor al agua. Al acabar los alimentos, todo el pueblo y los visitantes se reúnen junto a sus paradas y entonan las Walinas o cantos acompañados de bailes, giros y gritos alrededor del  abanderado. De esta manera se retorna al pueblo, cantando, danzando y celebrando.

Cajera - Mamita que toca el tambor o tinya

Michiko o Mayordomo blandiendo el látigo.

San Pedro de Casta es una comunidad que se mantiene por el antiguo sistema social preincaico: el Ayllu. El Ayllu fue la base económica y social fundamental de la vida en el mundo andino.

“El Ayllu fue la consolidación de la vida en colectividad. Basando su economía en el trabajo y en el cultivo comunitario de la tierra. La agricultura buscó aprovechar las áreas disponibles en los valles interandinos y costeños o de ganarlas a nuestra accidentada geografía mediante la construcción de andenes o terrazas. Estos andenes que son una construcción formada por muros de piedra y con sistemas de riego para favorecer los sembríos, son verdaderas expresiones del trabajo colectivo y que nos muestran, además, el afán de domino del hombre sobre el medio.

Champería - Tradición ancestral

Junto a este dominio de la naturaleza está el riego y el drenaje. En los pisos altos florecen los pastos y los productos agrícolas de esta zona, que se irrigan con el agua de lluvia. En los valles interandinos el hombre del antiguo Perú supo aprovechar el caudal de los ríos mediante represas o “bocatomas” que captaban el agua y las derivaban por acequias adecuadamente construidas hacia los sembríos que se levantaban sobre las faldas de los cerros y las cuencas mismas de los ríos, A veces se valían de “Oconales” o manantiales para aprovechar las aguas subterráneas o alimentar pequeñas áreas de sembríos” (Juan Castillo Morales – Historia del Perú).

Lamperitos de San Pedro de Casta

Quiero agradecer a los lamperitos, mayoralas y aficionados de San Pedro de Casta por seguir la tradición milenaria y rendirle culto al agua.

Kausachun San Pedro de Casta!!

También agradezco a las 11 chicas de la Facultad de Turismo y Hotelería de la UNMSM que me acompañaron a Marcahuasi el día sábado; día que Soqtakuri anunció su presencia en forma de lluvia.

Kausachun Marcahuasi!!

Le agradezco a mi querido Waiki Manuel Seminario de productos Maná Integral por el gran apoyo brindado durante la fiesta del agua. www.manaintegral.com

Kausachun Kokamama!!

A mis queridos hermanos Pukayana por participar del trascendental evento.

Kausachun Pukayana.

Y  gracias a todos los visitantes por venir a conocer, respetar y participar de las maravillas de la fiesta, Marcahuasi y las costumbres ancestrales de mi pueblo.

Tan importante es el manejo y control del agua sobre la vida, que el astuto conquistador Francisco Pizarro logró que el cacique Taulichusco, último Curaca del antiguo poblado de Lima “le ceda sus propiedades”, donde hoy se encuentra el Palacio de Gobierno; y por esta razón Taulichusco se traslada a vivir en lo que hoy es el distrito de Pueblo Libre.

La razón que tuvo Francisco Pizarro para erigir su palacio en la antigua residencia del Curaca Taulichusco, último gobernador del valle, es muy sencilla: Desde allí podía manejar y abastecer de agua a los vecinos aprovechando el buen caudal del rio Rímac, además de todos los canales que regaban las campiñas y huertos. El agua llegaba hasta las casas y a las tres plazas públicas de entonces (Mayor, Inquisición y Santa Ana, hoy Italia) a través de 80 cañerías. De esta manera el agua constituía una fuerza política.

Francisco Pizarro repartió sus tierras entre sus socios de la conquista, pero cuando uno de ellos le desobedecía mandaba  cortar el agua y así se veían condenados a una ruina segura, con lo que el conquistador los tenía bajo su control.

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